martes, 30 de junio de 2009

La Odisea (o "I faught the inoperancia humana")

Bueno, mientras almorzaba (mientras almuerzo, en realidad), único momento del día en el que tengo tiempo para dedicarme a una huevada como ésta, recordé una anécdota que me gustaría compartir con todos mis fans, la cual pone en evidencia diferentes casos de como la inoperancia humana (propia y ajena), se las arregló para cagarme buena parte del día.
No hace tanto tiempo, en un reino relativamente lejano para la mayoría de la gente aunque para mí no tanto, llamado "Ciudad Universitaria", decidí mentirme a mi misma y hacerme creer que podía hacer algún ejercicio físico, así que me anoté en una clase tela (para los que no saben, es esa cosa piola donde te colgás del techo y hacés el mono). No os desalenteis, lo que flaqueó no fue mi voluntad, sino mi cuerpo, puesto que la clase no duraba dos horas, sino CUATRO, por lo que en vez de salir a la 1, salí a las 3. Ya no me quedaba tiempo para laburar antes de encontrarme con una compañera de dibujo para una entrega a las 4, así que decidí comer.
Después de almorzar un yoghurt con zucaritas (rrrrrriquísimo), puesto que había descubierto que mi presupuesto había quedado en el otro abrigo, tipo 3:10 fui a hacer las impresiones de lo que tenía que entregar. En la cola, recuerdo pensar "qué paja llevar las hojas A3 en la mano, debería haberme apiolado y haber traído algún lugar donde llevarlas... ME DEJÉ EL TABLERO EN EL SUBSUELO". Instantaneamente abandoné la fila y corrí lo más rápido que pude (considerando que acababa de hacer 4 horas de ejercicio físico y tenía tacos, rápido es relativo). Llegué al Centro Cultural del subsuelo, pero OH NO, lo habían cerrado con llave y se habían ido a morfar.
A partir de acá empieza la inoperancia ajena porque no puedo sacarme el cuero a mí misma todo el tiempo, mi psicóloga dice que es malo. Desesperada, fui a la oficina más cercana, la que hace los carnets (sí, CARNET, vieja de mierda, CARNET, me chupa un huevo que me digas 100 veces que se llama credencial, CARNET) del cbc, les conté mi desdichada situación, y les pregunté quién podía ayudarme. Tenía todas las de que me dijesen "el chapulín colorado", pero no, me mandaron a Intendencia (y por lo que vino después, OJALÁ me hubiesen mandado con el chapulín colorado). "¿Cómo llego a Intendencia?" "Subís un piso, es una oficina al lado de la puerta de entrada". Ok.
Me dirijí hacia Intendencia, donde me atendió la hija no reconocida de Lilita Carrió y el Increíble Hulk. Le conté mi historia, y le pregunté si podía ayudarme, pregunta que evadió diciendome "Vos sos del CBC?" "Sí" "Andá a las oficinas del CBC". ¡Maldita! ¡Me hizo caer en su trampa! "¿Dónde quedan las oficinas del CBC?" "A la derecha, final del pasillo, a la derecha, final del pasillo, a la derecha" (o algo así).
Acudo a las oficinas del CBC, no sin perderme cien veces antes, porque las instrucciones de Lilita Hulk no habían sido tan claras como yo las reproduje. En la oficina del CBC había una cola, la cual, como ciudadana respetable, me puse a hacer. Al frente de la cola había un tipo a los gritos porque se acababa de enterar que si dejás una materia no se la podés sumar al cuatrimestre que viene, un tipo muy vivaz. Despues de los 15 minutos que le tomó al señor comprender esto, por fin pude acceder a la atención de una señora. Una vez más, repetí mi historia, cada vez más afligida. "¿Acá te mandaron?" "Sí" "No" "Te juro que sí" "Ehh, bueno, no sé, mejor preguntá en seguridad" "¿Dónde queda seguridad?" "A la derecha, final del pasillo, a la derecha, final del pasillo, a la derecha" (o algo así, bis)
"Corrí" hacia seguridad, y no creo que se sorprendan, pero otra vez me perdí. Finalmente llegué a "seguridad", o como yo lo llamo: "siete canas sentados en banquitos tomando mate". Expliqué mi situación, y contuve mis ganas de pedirle que me dejen jugar con sus walkie-talkies (ay, muchachos...). "¿Vos sos del CBC?" ¡JA! ¡Como si fuese a caer en la msima trampa dos veces! "Sí" ¡Rayos! "Andá a las oficinas del CBC" "Te acabo de decir que ya fui y me mandaron acá" ahí el chabón pela un llavero que podría haber anclado el Titanic, y me dice "¿Un aula, me dijiste?" "No,- dije con paciencia- el Centro Cultural del subsuelo". Ahí tuvieron un pequeño debate, ya que ninguno sabía que tal centro cultural existía (ahí sí que me sentí segura, los canas no habían recorrido el subsuelo en sus vidas). Finalmente uno, el más pendejo, el más "capo", se avivó, y me dijo "No, para eso tenés que ir al Centro de Estudiantes" "¿Dónde queda?" "A la derecha, final del pasillo, a la derecha, final del pasillo, a la derecha" (o algo así, tris?). Esta vez caminé: a) porque ya no tenía ilusiones de recuperar mi tablero, al menos antes de las 4, y b) porque estaba descubriendo que mis boots no estaban made for walking, sino más bien for making facha, lo que hacía todo mi recorrido más tedioso.
Llegué al CE, donde me atendieron con una gran sonrisa y un amigable "¿Qué querés?" Uuuuna vez más relaté mi serie de eventos desafortunados terminando con "¡¡¡¡DECIME QUE TIENEN LA LLAVE!!!!" "Sí" "¿Sí? "Sí, tomá" y así, como su hubiese sido una pavada, me dio la llave.
Bajé pensando que todos mis problemas estaban resueltos, llegué al subsuelo, me acerqué a la puerta, introduje la llave, la giré, tiré... y rompí la puerta. En realidad no fue culpa mía, uno de los tornillos de la cerradura estaba flojo y con mi tirón había atascado las puertas. Tiré y tiré, soplé y soplé, hice palanca con un fierro que había ahí cerca y dije "Ábrete Sésamo" un par de veces, pero no hubo caso. Derrotada después de 15 minutos más de eso, fui a buscar a los concerjes. Contrario a mis predisposición, los encontré bastante rápido, y los llevé a la escena del conflicto, donde uno de ellos sacó un destornillador GIGANTE, parecía sacado del Laboratorio de Dexter, en serio, hizo palanca y voilá!
Entré a buscar el tablero, que había sido relocalizado, pero lo busqué y lo encontré.
Cuando salí eran las 3:55. Corrí a devolver la llave al Centro de Estudiantes, donde tuve la mala idea de matar dos pájaros de un tiro, y pedir que me hiciesen la bajada ahí. Llegué a la clase de dibujo a las 4:20, y mi compañera no había llegado. Llegó y 25 y yo le puse cara de orto por llegar tarde.
En fin, me pregunto si en todos los países las instituciones funcionarán igual de mal pero la caretean mejor, o si es solo en este agujero negro, donde te recagás de frío mientras las 7 plagas arrasan la ciudad. Lamentablemente no tengo tiempo de responderme esa pregunta, porque se me terminó la tortilla, y tengo que volver a estudiar para el examen que tengo a las 7. Además, dudo que alguien siga leyendo, así que mono mono perro gato pantufla panflauta vaso térmico alí babá y los cuarenta ladrones.
Me despido.