lunes, 24 de mayo de 2010

La cita del infierno


¡Me llamó! ¿Se acuerdan que en el update pasado estaba a las puteadas porque un muchacho de interés no me había contestado un mensaje? Bueno, ayer mientras paseaba por Puro Diseño a eso de las 6 de la tarde me llamó. Fue encantador, me pidió perdón por no haber contestado mi mensaje, y me invitó a salir esa noche. Me dijo que estaba muy cansado, en plan té y película, pero que si quería podíamos ir a una fiesta en Voodoo. Chocha de la vida acepté.
Más tarde lo llamé para arreglar la hora y el lugar de encuentro. Le dije que todavía no lo conocía lo suficiente como para estar segura de que no fuese un asesino serial, que mejor fuésemos a un bar, a lo que me contestó que estaba muy cansado, que no tuviese miedo, que no me invitaba a su casa para seducirme ni nada, todo súper friendly. Me hizo gracia su explicación así que le di el ok.
A eso de las 12:45 estaba por allá con varios tés diferentes en la cartera. Empezamos a ver una peli, From Dusk 'Till Dawn, de Robert Rodriguez, gran selección, punto para él. La veíamos en la compu, así que estabamos acurrucados, muy tierno, de tanto en tanto me hacía algún mimo en el brazo, en fin, lindo. Pero las cosas buenas no duran, y a la media hora Megavideo nos dijo que no podíamos seguir viendo la película. Yo no tenía muchas ganas de ir a Voodoo, pero tampoco me iba a quedar ahí sin nada que hacer, así que enfilamos.
Llegamos al lugar, yo no sé nada de fiestas electrónicas, y no podía discernir si esta era o no buena. Dimos una vuelta, donde él saludó a un montón de gente, y después me dijo "Bancame que voy a buscar un trago". A los 10 minutos volvió sin trago y me dijo "Bancá que voy a buscar a un amigo". A los 10 minutos volvió sin amigo y me dijo "Bancá que quizás pinta ir a Cocoliche, vení". Nos movimos a una mesita, donde nos sentamos sin hablar una palabra. Fue a buscar una cerveza y continuamos nuestra no-conversación. Entonces apareció el amigo; "Bancá", me dijo, y se fue con el amigo. Como a los 15 minutos no había vuelto me puse a dar una vuelta, con una cara de orto que le daría miedo a Sauron. Afortunadamente me crucé con un conocido simpático y me quedé charlando con él, contándole sobre mi cita fallida. En eso aparece el chabón y me dice "cualquier cosa estoy en la pista, ahí en el medio". Lo miro a mi conocido con incredulidad y decido ir a despedirme. Voy a la pista, espero que el chabón deje de charlar con una minita, y le digo "mira, esto parece un chiste, me voy a mi casa". "Bueno", me responde. BUENO. ¿¡BUENO!? ¿¡¿¡VOS ME ESTÁS JODIENDO!?!? No "No, pará, no te vayas, soy un boludo", "BUENO". Debería haberlo cagado a patadas. Sin embargo no lo hice, respiré profundo, me di media vuelta, resistí toda tentación de volver y putearlo de pies a cabeza y me dirigí hacia la entrada.
Llegando a la puerta me encontré otra vez con mi conocido. Charlamos un rato y me acompañó hacia la puerta, no sin antes pasar por en frente del Conchudo sin saludarlo ni dirigirle la mirada.
Volví a mi casa sola y no triste, pero confundida. Fue una de esas situaciones que tienden a ponerte mal pero que no deberían porque claramente el problema lo tiene el otro, que es un psicótico. SOS UN PSICÓTICO. Por suerte el viaje en taxi me dio tiempo para reflexionar y calmarme, así que hice lo que cualquier persona sana hace: Me atiborré de chocolates, me puse un joggin viejo y manchado, me hice la paja y me fui a dormir. Espero que la noche de hoy me depare cosas mejores.
Y encima se quedó con mis tés.
PSICÓTICO.

Edición:
Acaba de aparecer en Facebook una foto de esa noche. Me alegra que exista documentación de esto. Creo que mi cara lo dice todo, la tomaron mientras estaba huyendo.

martes, 11 de mayo de 2010

El complot

Primero lo primero: Me halaga que me pidan que escriba cosas nuevas. Dicho eso ,no me rompan más las pelotas.
Ahora, la orden del día:
No puedo esperar a que sean las 12 y este día haya acabado oficialmente. Hoy fue uno de ESOS días. No, no "esos" días, ESOS días, en los que inevitablemente terminás deseando que cosas muy malas le pasen a la gente que te rodea, rezando que Godzilla se eleve del pantano de Ciudad Universitaria y engulla el pabellón tres de un bocado. Está bien, lo admito, la verdad de la milanesa es que mi comportamiento de hoy no fue ejemplar pero, aunque sea un argumento falaz, el del resto del mundo fue mucho peor.
Empecemos por el principio: puse el despertador a las 11 de la mañana, comportamiento poco ejemplar N° 1, puesto que cualquier persona responsable que tiene que rendir un recuperatorio de sociología la semana que viene lo hubiese puesto a las 8, 9, y hubiese dedicado un par de horas al estudio, pero minga, estaba cansada y quería dormir. A las 10 de la mañana me despertó un estruendo que hizo vibrar los vidrios. Parece que en el Tarbut (el colegio vecino) estaban celebrando algún tipo de evento y obvio, no podían hacer menos que poner la música totalmente al mango a las 10 de la mañana. Por más bronca que me dio, me levanté con buena predisposición, hoy iba a ser un buen dí: había laburado en unas cosas que necesitaba para la facu y existía la posibilidad de un encuentro con un personaje de interés. Elegí mi atuendo cuidadosamente y me dispuse a maquillarme. Lo que voy a comentar a continuación puede resultar un poco asqueroso y sumamente antierótico, pero citando a Leonard Cohen en El Juego Favorito: "Exhibir una herida, las orgullosas cicatrices de un combate, es fácil. Mostrar un grano es difícil." y eso es precisamente de lo que tengo que hablar: un grano. Me dirigí al baño con toda la buena voluntad de empilcharme y asicalarme para estar medianamente presentable en vista del posible encuentro, solo para encontrar que aquello que ayer a la noche parecía un inocente grano era en realidad un gemelo parásito malvado creciéndome en la frente. No hubo corrector, base, o pintarlo con un Sharpie para que pareciese un lunar que funcionara, Héctor (así lo llamé) había llegado para quedarse. Finalmente opté por un peinado que lo aislaba relativamente de la vista y partí, medianamente conforme hacia la facultad.
Llegué a tiempo para dar el presente, pero no para almorzar, y me senté en la mesa con mis compañeras de mesa. Cada grupo está compuesto por tres personas, en mi mesa se sientan dos grupos, es decir, un total de seis personas. Yo la clase anterior había quedado con una chica de mi grupo y una de otro grupo en juntarnos en el fin de semana para avanzar con el laburo. No tuve noticias de ellas y la entrega era recién el 28 así que supuse que habían colgado, que no nos juntábamos, y ya, me puse al día con las cosas que me faltaban, puesto que debido a la lluvia infernal de parciales y trabajos que tuve la semana pasada me había quedado bastante deomorado este trabajo. Está bien, actitud poco ejemplar N°2: yo podría haber mandado un mensaje preguntando si nos juntábamos, pero ellas también tenían mi número de celular, mi msn y mi facebook, no estábamos incomunicadas. Cuando llegué, con todo listo para poder empezar a hacer lo que hubiésemos hecho de habernos juntado, consulté cuál era el modus operandi que íbamos a seguir, lo que no sabía era que me esperaba un sabotaje cual película yanqui-adolescente de la prepa. "¿Nos dividimos así, asá...?", pregunté. La chica de mi grupo y la chica del otro grupo con las que me iba a juntar intercambian miradas cómplices y me dicen "Nosotras ya nos juntamos y lo hicimos". "Eh... Ok, no me avisaron" "Pero... Gorda... ("Gorda", "gorduch" y similares son términos bastante recurrentes en esta conversación) Nosotras dijimos que nos íbamos a juntar". Realmente no podía creer lo que escuchaba, ¿acaso me había despertado en la primaria de nuevo? Justo esa noche había tenido una de esas pesadillas horribles en las que estás desnudo en un lugar público, y realmente sentía que lo que me estaba pasando era no menos que la secuela. Intentando no arrancarle la cabeza a nadie de un mordisco, pero sin intenciones de echarme atrás les dije "Bueno, me podrían haber avisado". "Pero nada, yo no esperé a que ella me llame -me dice la de mi grupo- yo le mande un mensaje y le dije Gorda, juntémosnos". Ahí ya no pude con mi genio y le dije "Ok, sí, yo colgué, pero juntarse, teniendo mi número, aunque yo no les haya mandado un mensaje, y no avisarme, es de mala leche". "No gorda, cualquiera, osea, si yo tuviese mala onda no te ofrecería ayudarte con el laburo, tipo..." "ES DE MALA LECHE" "No, pero mimimimimi..." Ahí decidí bloquear mi entendimiento a lo que estaba pasando porque realmente la situación no me favorecía. Bajé la cabeza en temporal tregua y me dispuse a terminar con parte del laburo que faltaba. A las 4 de la tarde me sentía realmente mal, puesto que no había almorzado, y les dije "Voy a comprar una tarta y vuelvo". La respuesta que recibí fue "Ok, gorda, andá, pero cuando después estaría bueno que nos ayudes con esto porque... es difícil". Ahí lo sentí de nuevo, no sé si Héctor, el engendro del mal me estaba poseyendo o si simplemente fue mi herencia judía y cabezadura lo que me empujó a abrir la bocota, pero no me pude contener, "Bue, me quedo, si me desmayo, mala leche, pero a mi con pasivo-agresivo no me venís". Miradas asesinas. "Cualquiera gorda, posta que la mejor, si yo quiero ser agresiva te digo que ni en pedo te paso el trabajo que..." "No dije agresivo, dije pasivo agresivo, que es tirar mierda disfrazada de buena onda, exactamente lo que vos estás haciendo, me quedo". "No, pero posta, andá..." "No, no, no, me quedo, como más tarde". Obvio, si ella puede jugar su carta passive-agressive de colegio inglés, yo puedo jugar mi carta de culpa judía. No sé si tuvo algo que ver con mi bad-juju de culpa judía, pero al rato el consenso general fue que nos tomáramos un descanso. Comí mi tarta, seguí laburando y terminé la clase más atrasada de lo que había llegado.
Hasta ahora, fantástico. A todo esto, olvidé mencionar que cuando salí a comprar mi tarta le mandé un mensajito a la persona de interés, el cual nunca fue contestado, por lo que mi ira crecía, y Héctor pulsaba. Hice tiempo entre las 6 y las 7, hora en la que me correspondía entrar a sociología. Recorrí todos los putos kioscos de la FADU y no conseguí el chocolate Milka que quería, que no es terrible, pero esas cosas siempre suman a los efectos de un mal día.
Antes de entrar a Sociología me pareció prudente comprarme un café, puesto que hay que ser muy osado para fumarse una clase de 7 a 11 sin estar armado de un escuadrón de brebajes cafeínicos (¿Cafeínicos o cafeinosos?). A mi me gusta el café de máquina de la FADU, porque no es Nescafé (¡Puaj!), es Bonafide (menos puaj). Además, algunas de estas máquinas aceptan billetes de dos pesos así no te comés toda la cola del buffet. Mi único billete de dos pesos estaba más rancio que la cuarta temporada de lost, pero no tenía otro, no pensaba ir a buscar cambio, y no le iba a manguear a mi amiga, así que, actitud poco ejemplar N°3, decidi intentarlo. Una vez, me lo devolvió. Dos veces, me lo devolvió. Tres veces...
La máquina me fi-le-teó el billete. De no haber sido por la buena voluntad de mi amiga que me restó dos pé p'al café, creo que me hubiese puesto a llorar.
De más está decir que de ningún modo estaba en condiciones ya de sacudirme el bodoque de la clase siguiente, más teniendo en cuenta el enema sociológico que me comí la semana pasada. Por razones de fuerza mayor creo que me voy a ver obligada a abandonar esa materia. Sí, tengo recuperatorio la semana que viene, pero lo jeños de mis profesores de medios tuvieron la fantástica idea de adelantarnos la entrega del laburo una semana, así que para el 18 tengo que morfarme el choclazo de sociología y para el 21 tengo que mandarme SOLA el laburo de medios, puesto que mis compañeras ya se tomaron la molestia de terminar el suyo, y no veo cómo un humano pueda posiblemente cumplir con esas dos tareas.
Por si fuera poco (esto no es algo que me haya pasado hoy, pero es una de esas ironías de la vida que vale la pena contar) me compré una planta carnívora, y mi gata se la comió. R.I.P. Uma Thurman. Por si fuera poco, también estableció su fuerte arriba de la heladera, donde es bastante difícil alcanzarla, y vigila todo desde ahí. Temo que se alíe con Héctor para conquistar el mundo. Otro día les cuento qué paso, y si no vuelvo para contarles... Saquen sus propias conclusiones.


Agregado 1:05 am:
Acabo de abrir una ciruela y tenía un GUSANO VIVO adentro, ¿debería tomarlo como una señal y pegarme un tiro?
No sé si lo ven, está en el centro a la izquierda. Y lo de arriba a lso costados es todo comido podrido. Yum...