lunes, 29 de noviembre de 2010

She's Lost Control

Originalmente había dibujado una historieta con este título, bah, en realidad se llamaba "Ella perdió el control", pero me pareció que la anécdota que os voy a contar es de tal extravagancia y riduculez que amerita perfectamente este nombre.
El sábado pasado tuve el cumpleaños de mi amiga Lola, que es divina, copada, y todo el mundo la quiere, por lo tanto sus fiestas siempre crean gran expectativa y suelen estar colmadas de gente, drogas, alcohol y del inalterable producto de estos tres factores: felicidad. Gran emoción gran, tenía ganas de una buena noche de joda, y aprovechando que estaba al pedo ese día fui y le compré un lindo regalo, y a mí, un lindo vestido para usar esa velada (y un pullover y otro vestido y un par de accesorios, porque sí). Después volví a mi casa, me di un baño de inmersión, y me dispuse a arrancar. Me tomé el 168, colectivo que ODIO, siempre está lleno de pendejos gritando que salen de la matiné en Ku y de modernos odiosos yendo a Niceto, pero no me importó, porque yo iba al súper cumple de Lola.
Cuando llegué todavía era temprano, no había mucha gente. Charlé con un par de amigos y conocidos buena onda, y tuve la suerte de recibir una buena noticia que me alegró la noche más aun. Conforme fueron avanzando las horas, el lugar (que era la casa de la abuelita de Lola) se fue llenando de personas, todos amigos de la cumpleañera, o amigos de amigos. Los franceses y yo dimos buena cuenta del fernet, y para las 3 de la mañana ya tenía un pedo tricolor y un enchastre de cerveza en el vestido nuevo (lo cual no podía importarme menos, ¡qué bien la estaba pasando!). Me quedé rancheando en la cocina con "los franceses" y "los lanuseros". Un rato antes uno de los lanuseros se había boxeado con otro amigo de Lo, no entendí por qué, no porque fuese muy complicado de entender, sino porque no entendía nada. Para que se entienda mejor:

(Eso que parece una calabaza es una calabaza)

Volviendo... En un momento dado me percato que hay un pibe muy raro al lado nuestro. Interrogo al francés Jonas con la mirada, como diciendo "Che... ¿Qué onda?", y él me devuelve una expresión de duda y sospecha. El pibe era muy petiso, debía medir 1,50, quizás un poco menos, estaba todo vestido de negro, tenía una remera de Lacrimosa, una mochila de no me acuerdo qué otra banda (mochila de esas que usábamos cuando teníamos 14 años y queríamos que todo el mundo supiese que éramos re capos y escuchábamos lo que fuere) y, por sobre todo, estaba totalmente solo, y llevaba un buen rato parado ahí sin hablar con nadie. Un poco desconcertados volvimos a dirigir nuestras miradas hacia este peculiar individuo, y ¡qué buen momento elegimos para hacerlo!, en ese instante el chabón se metió la mano en el bolsillo y sacó, no una navaja, no un revolver para matarnos a todos, sino el control remoto de la televisón, y se lo volvió a guardar. Jonas y yo nos miramos con expresiones de sorpresa solo representables a través de un emoticón, el cual no poseo. Era una situación muy confusa: primero, porque estábamos los dos muy pasados como para poder hacer algo al respecto, y segundo porque ¡¡NO PODÍA SER que el bepi tuviese el control remoto en el bolsillo!! ¡¿A quién carajo se le ocurre?! Después de preguntarnos mutuamente "¿Pero vos VISTE ESO?" una y otra vez, yo le dije que había que hacer algo, lo cual era cierto... pero ¿qué? No es que te puedas acercar a una persona en una fiesta (menos si es un flaquito turbio) y decirle "Che... dame el control remoto", y, por otro lado, realmente no podía, la situación me había generado tal ataque de risa que era incapaz pronunciar una oración entera. En ese momento pasó un ser con quien si puedo evitar cualquier tipo de contacto, lo evito, pero las circunstancias me superaban, lo agarré y le dije "JAAJAJAJAJA MNESE TIPOJAJAJAJA MNIENE JAJA EL JAJA EL JAJAJA EL CONT CONTROL JAJAJAJAJAJAJA REMOTO EL CONTROL REMOTO JAJAJ NELSOLBLISLLO!!!!". "¿Qué?", me contestó. Ahí junté más fuerzas que Gokú para hacer una genkidama y logré articular rápido y por lo bajo, antes de tener otro ataque de risa "elchabónesetieneelcontrolremotoenelbolsillo". Obviamente mientras lo decía escuché lo ridículo que sonaba, por lo que la respuesta "No flasheés" no fue una gran sorpresa. Insistí: "No, man, en serio, EN SERIO, y estoy demasiado del orto para hacer algo al respecto, ¡hay que decirle a alguien!" Ahí no vi exáctamente qué sucedió, cómo esta persona vio el susodicho objeto en posesión del darki, pero lo vio, y me dijo "BOLUDA, TENÉS RAZÓN". "¡TE LO DIJE!". "SÍ, SÍ, NO LO PUEDO CREER". "¡Hay que hacer algo -dije- andá a decirle a alguien!". Así, partimos por rumbos separado en misión de advertirle a alguien que pudiese intervenir. Se lo comuniqué a uno de los lanuseros, pero no pasó nada, también se lo dije a una amiga de Lola, su respuesta fue "si te lo cogés usá forro". Claramente gente, drogas, y alcohol estaban probando ser directamente proporcionales en conceptos de diversión y karma. Finalmente, parada en la puerta de la cocina, vigilando que el man no se las tomara (aunque realmente mucho sentido no tenía, puesto que el tipo no se movía de su spot autista), logré asirme del brazo de un buen muchacho llamado Joe Adler, y haciendo un esfuerzo brutal le comuniqué la situación. Aunque sorprendido, me creyó lo que le decía, y fue el único que tomó cierta iniciativa al respecto. No nos daba la cara para ir y preguntarle, especialmente a mí, porque supuse que iba a decir que no tenía nada y yo iba a quedar como la peor barrileta de todas. Al pasar un amigo de Joe, éste le dijo bien fuerte y audible: "Che, man, ¿no viste el control?". "¿Eh?". "Está faltando el control remoto de la tele". "¿De qué hablás, boludo?". "Nada...", dijo Joe desilusionado al ver que su plan no había funcionado. Breves instantes después pasó una amiga suya, a la cual le pidió que fuese a preguntarle al pibe si tenía el control remoto y la chica accedió sin chistar, claramente pensando que era una joda. Nosotros observamos a cierta distancia como gesticulaban. Ella hizo señas de "¿Me das el control remoto?" y él (inesperadísimo) sonrió e hizo señas de "Sí, tomá" y se lo dio. La piba volvió que no entendía nada y me dio el control a mí. Yo en ese momento ya estaba en el Nirvana de la ridiculez y no podía entender que eso estuviese pasando. Joe y yo nos sentíamos los héroes de la fiesta, pero no se acababa ahí, ahora había que hacer echar al pibe, que NO SE HABÍA MOVIDO DE SU LUGAR, sino que seguía vegetando en el mismo rincón de la cocina, como si nada hubiese pasado. Obviamente nadie quería armar quilombo, porque no querían arruinarle el cumpleaños a Lola yéndose a las manos, de nuevo... Así que empezaron a rajarlo bien, tranca, pero dándole a entender que se fuera, y el tipo no se iba. Y no se iba. Los pibes empezaron a plantarse, a insistir de a más, y más fuerte. El petiso estaba aterrorizado, todo el tiempo hacía el ademán de plantarse pero sabía que si movía un dedo lo cagaban a manos. Veinte minutos discutieron, hasta que en un momento el pibe medio se le fue al humo a uno y al ver que todos amagaban con avalanzársele... Se puso a llorar. Yo no lo podía creer, Dios, cómo me hubiese gustado estar sobria para ver eso. La gente empezó a hacer presión detrás del principal interlocutor, y de apoco lo fueron arrinconando contra la puerta hasta que lo sacaron. Yo devolví el control... ¿Devolví el control? Faaa... Ahora que lo pienso, no tengo la más puta idea de qué hice con el control... Mis disculpas a la abuela Marta.
A las 6:30 de la mañana, horario de mi partida el conteo final era:
Número de idas a las manos: 1 1/2
Número de controles remotos robados y recuperados: 1
Número de celulares, billeteras y documentos faltantes: 1
Número de personas expulsadas del recinto: 3 o 4
Número de lámparas destrozadas: 1
Número de personas que seguían ahí a esa hora: como 20
Número del colectivo que me tenía que tomar: 168
Número del colectivo que me tomé: Taxi, no hubo otra.
Número de botellas de alcohol vacías: Math error

Lola, amo tus fiestas.

sábado, 16 de octubre de 2010

Me llama, no me llama, me llama, no me llama, me llama...

Siempre pensé que si tuviese las piernas o el talento de una mina como PJ Harvey la vida sería mucho más fácil, y no me romperían el corazón tan seguido. Bullshit, si hay una razón por la que queremos tanto a Polly Jean es por sus cds llenos de letras de despecho y mal de amores. Si alguna vez escucharon Rid of Me, o Dry, saben de qué hablo. Si no, escuchen. Justamente el otro día iba en el bondi escuchando un tema de ella llamado Sheela-Na-Gig, en el cual dice "Gonna wash that man right out of my hair, gonna take my hips to a man who cares". Cuánta razón tiene, pero no mientas, Polly, si te encanta sufrir... A todos nos encanta sufrir, no importa quién seas o qué tan genio de la vida o talentoso seas, a todos nos hacen mierda (es cierto que a algunos más que a otros, y que hay gente que hace algo productivo con ello y gente que simplemente se vuelve una ameba abominable, pero bueno, eso ya es otro cuento). No es por joder con mi esnobismo musical, pero Leonard Cohen, un mujeriego de aquellos, en realidad se moría de amor por Nico (ya saben, la de The Velvet Underground & Nico), incluso le escribió un tema alucinante llamado "Take this longing", y ella jamás le dio pelota. ¿Por qué no le dio pelota a Lonard Cohen? Porque estaba perdidamente enamorada de Jim Morrison, obvio, y Jim no paraba de cogérsela y volver con su ex. Borracho hijo de puta, qué fuerte que estaba.
Claro que la vida era más fácil en ese entonces. Le dabas tu teléfono fijo y te llamaba o no, punto. Hoy en día es desesperante, hay infinitos medios por los que pueden rechazarte. Supongamos que conociste a un pibe, intercambian nombres y celulares: ¿te agrega a facebook o no te agrega a facebook? Supongamos que sí, que te agrega a facebook, ¿te habla por facechat, te manda un mensaje personal o uno de texto, o no te manda nada? Supongamos que sí, que vía alguno de esos medios organizan una salida, y en el proceso de hacerlo intercambian mails para agregarse al msn porque el chat de facebook es una mierda. Salen, la pasan bien, da para verse de nuevo. Pasan 5 días y no dio señales de vida. Pasa una semana y nada. Vos ves que hace publicaciones en facebook, pero no te deja ningún mensaje. Siempre está conectado pero jamás te habla, y por más que revises el gmail, el hotmail y el twitter cien veces por día, él no te contacta. Estás más enchufada que Neo a la Matrix, y por si fuera poco, ya encontraste a su ex en facebook y te fumaste todos sus álbumes, mide 1,80 y tiene el pelo hasta la cintura, puaj. Es inevitable preguntarse: ¿Los hombres siempre fueron tan minitas?
Sí. Siempre.
En fin, este año me hinché las bolas de salir con pibes histéricos, pibes asquerosamente arrogantes y creídos, pibes que tenían novia, y desarrollé la One-Week-Policy. Si en una semana no dio ninguna señal de vida, descartado, a la isla de los hombres perdidos (concepto desgraciadamente extraído de Sex & the City). Si realmente (pero REALMENTE) te gusta mucho, y no estás lista para descartarlo aun, cobrale intereses. Si no apreció en una semana no puede reaparecer el miércoles o el domingo invitándote a su casa a tomar una birra, que se presente un viernes o sábado y te invite a un bar, o al cine. Pero yo recomiendo no dar más bola, eh, al fin y al cabo los hombres se rigen por la misma regla que el karma: "todo vuelve" , o la más conocida "el que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen", y esto, gente (no puedo explicar por qué, es realmente un misterio), se cumple SIEMPRE. Pero siempre siempre, eh. Una vez vi una remera que decía "I have the pussy, so I make the rules". Debería habérmela comprado, es una buena filosofía de vida.
Y en caso de que por una alineación de los planetas, lo anterior no se cumpla, bueno... a ese mejor perderlo que encontrarlo, ¿no?
Salut!

domingo, 3 de octubre de 2010

What goes around comes around (o Dios labura con Tinelli)

Aloha, tanto tiempo. No es que no haya escrito nada en estas semanas, pero todo lo que escribí ofende, humilla o delata a personas que quizás no se lo merecen en tal medida, así que tuve que contenerme. Sin embargo me han pasado sin duda cosas locas en este tiempito, algunas buenas, otras malas, pero todas de la índole "planeta Kesselman", término acuñado por mi familia, puesto que somos propicios a que nos sucedan cosas desconcertantes. Las buenas me sacaron una sonrisa y una buena anécdota, nada más, pero las malas, como todo lo malo en la vida, obviamente las pensé, analicé y me revolqué en ellas. Finalmente mi asociación libre arrivó ante el concepto de "karma", cuya rama más importante (y divertida, creo yo), es la "ironía sofoclea".Para quienes no lo saben, la ironía sofoclea, o ironia trágica es (y esto lo cito de wikipedia porque ni en pedo lo describo con mis propias palabras) "por la que el hombre que parece haber alcanzado el culmen de su fama se precipita de inmediato en las más míseras desgracias físicas o morales", como cuando en Edipo Rey el chabón dice que va a cegar a quien haya matado a su padre sin saber que había sido él mismo y al final del libro se tiene que sacar los ojos. Ni hablar de que se cogía a su madre, eso ya es mala leche.

El karma, en cambio, se vende como un producto más cósmico y trascendental: "De acuerdo con varias religiones dármicas, el karma sería una energía metáfísica (invisible e inmesurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores" (en cuyo caso yo voy a volver en forma de papa marina).

En fin, eventos recientes y no tan recientes han llevado mi mente a vagar por los pagos mencionados. A continuación una serie de ejemplos que no pueden venir más al pelo:

1) Romina Yan, la actriz de Chiquititas, serie conocida por hitazos como "Chufa chufa cha", o más importante para el caso, "Tengo el corazón con agujeritos", muere el 28 de septiembre de no sé que mierda del corazón, las malas lenguas dicen que lo que tenía con agujeritos era el estómago. Por cierto, siempre detesté Chiquititas.

2) Frank Zappa escribe "Why does it hurt when I pee?" en 1979. Muere el 4 de diciembre de 1993 de cáncer de próstata.

Cito aquí una estrofa:

My balls feel like a pair of maracas

My balls feel like a pair of maracas

Oh God I probably got the

Gon.o-ka-ka-khackus

My balls feel like a pair of maracas

Por hacerte el piola, Frank.

Aquí, la canción:

Temón de aquellos.

3) Steve Irwin, cazador de cocodrilos, pero no de mantarayas. He aquí un link bastante simpático sobre criaturas prehistóricas que siguen existiendo ( http://www.cracked.com/article_18641_7-terrifying-prehistoric-creatures-that-are-still-around.html ), del cual extraigo un párrafo sobre el chobi en cuestión:

"Stingrays have already solidified their place in the annals of terror by doing what so many bigger and more venomous animals had failed to do in the past: kill Steve Irwin."

Nada, si tienen tiempo para leer mi blog, tienen tiempo para leer ese artículo, el cual les recomiendo porque es gracioso (además de morboso y totalmente aterrador).

Acá, Steve y la raya letal:


Otra raya letal:

Sucede que a mí me suelen pasar cosas que, valga la redundancia, solo me pasan a mí. Una vez conocí a un chico en el bondi y cuando le pregunté qué estaba escuchando, era el mismo tema que estaba escuchando yo (Laïka de Arcade Fire, para los curiosos). Fui al cumpleaños de un amigo y me encontré al pibe con el que había tenido una cita hacía dos días ¿estaba invitado? No. Vivía ahí. Me pasé toda la noche de año nuevo charlando con un chico re copado, al cual conocí de forma totalmente randómica, resultó ser el hijo de un re amigo de mi viejo (y mi viejo no tiene muchos amigos). Cuando empecé a salir con mi ex me sugirió ir al Salón Pueyrredón. Le dije que no porque había un chico al que no me quería cruzar y que iba siempre ahí, así que fuimos a ver a una banda a un galpón, bien under. El flaco estaba ahí... Y se conocían. Mi mamá y mi papá cuando se conocieron salieron un par de veces y dejaron de verse, se reencontraron en la calle exactamente al año de haberse conocido.

Algunas de estas historias serán ampliadas en updates posteriores.

Me pregunto cómo me tocará irme a mí. Yo soy bastante distraía y desbolada, es re posible que me las ingenie para coserme la mano a la frente, o muera aplastada en un derrumbe de zapatos una tarde de shopping.

Para colmo soy re hater ergo es probable que reencarne en esto:


O esto...


O...


Yo no sé qué habrá hecho Joseph Merrick (el Hombre Elefante) en su vida anterior, pero debe haber sido TERRIBLE.

Bueno, están advertidos: a ayudar a viejitas a cruzar la calle y nada de violarse nenes, porque el universo tiene una forma cósmica y cómica de cobrárselas, y si no te cuidás en tu próxima vida podés nacer con la verga metida en el orto, así que cuidado.

Chufa chufa chau!

domingo, 1 de agosto de 2010

El que quiere celeste, que le cueste

Hace dos meses y pico salí con un chico que conocí en un festival en el Konex. Sé que fue hace dos meses y pico porque el evento se llamaba la Re-Evolución y festejaba el bicentenario y todas esas cosas que no soporto, peeero me habían invitado y como buena rata judía tiendo a ver todo lo que es gratis como dinero ahorrado, así que fui. Él atendía en el stand de la revista Nah!, de hecho, era redactor de la misma (en mis libros, eso es un punto a favor, no sé ustedes). Pegamos buena onda, charlamos un rato ahí en la carpita, nos reímos, me pidió mi número e incluso me dio un beso. Ese fin de semana me mandó mensajes, me dio a entender que había leído mi blog (¿autochivo? ¿YO?), y me dijo si quería hacer algo. Yo tenía planes ya, pero le dije que iba a estar en Niceto, que cayera.
Esa noche finalmente apareció, pero no lo dejaron entrar por el horario. Terminé saliendo yo, fuimos a una fiesta en lo de un amigo de él y terminamos pasándola bastante bien. En resumen, mi evaluación de la noche fue "lo vería de nuevo", cosa que viniendo de mí es toda una proeza. Nunca más apareció. Nada, ni un mensaje de texto, jamás me agregó a facebook, ni hablar del mail, NADA. Tampoco era para tanto, claramente no era el hombre de mis sueños ni mucho menos, pero me sorprendió. Como sea, la vida continúa.
El viernes pasado estaba aceleradísima, intentando terminar de leer las últimas 5 páginas de un texto de mierda para ir a rendir un final al cual ni siquiera me iba a presentar, pero mis viejos me presionaron, en otras palabras, ir a que me corten la cabeza, cuando me llega un mensaje de texto. Abro el celular y, gran sorpresa gran, era este chabón. Esta fue la secuencia de mensajes:

Él: Todavía tengo derecho a réplica?
Yo: Andate a la concha de tu madre

Posta, ¿qué mierda esperaba? Sinceramente no sé cómo le dio la cara. La única forma de salirse con la suya en esta situación es ser realmente MUY guapo, el MÁS copado, Y el Dios Trueno en la cama, y este muchacho no era ninguna de los tres. Bien merecido lo tenía.
Día tras día veo a mis amigas martirizarse esperando mensajes de texto de chabones a los que les chupan un huevo, que son chotos y no las aprecian, y aun así ellas les dejan pasar todas. Incluso yo me he encontrado en la situación, pero no es cuestión de que los tipos se acostumbren a eso. Es cierto que a veces un pibe que vale la pena puede llegar a hacérnosla difícil, pero c'mon, mujeres, media pila, a hacerse valer un poco.
Justamente el lunes pasado salí casi arrastrándome de la psicóloga para encontrarme con mi amiga Marian. Después de oírme balbucear un rato sobre cómo nadie me quiere y por qué, puso sumano a modo de teléfono ajunto a su oreja y dijo "Hola, sí, ¿con el departamento de la baja autoestima, por favor?". En ese momento solo me causó gracia, pero conforme fueron pasando los días ese comentario siguió haciéndome eco en el marulo. Ahí comencé a retomar pensamientos que ya había tenido antes, en tiempos mejores, por ejemplo: No importa qué tanto valga la pena el chabón, yo valgo UNA BANDA, así que laburala, gil, LA-BU-RA-LA.
Durante mucho tiempo pensé que mi problema para conseguir una relación como la gente con alguien era que soy demasiado "picky", o "bitchy", o simplemente "unboyfriendable", como dirían los Magnetic Fields, pero estoy sospechando que quizás el problema no pasa por ahí, sino por otro lado. No está mal ser exigente con respecto a lo que busco, el problema es dónde. No puedo ir al antro más merquero y reventado de Buenos Aires con la intención de encontrar un chico sano, ni a ver a una banda esperando encontrar un músico modesto, ni a la Fuck Le Fashion buscando un chico heterosexual, es simplemente una mala estrategia. El otro día le dije a un amigo "A elegir mejor" y le gustó, me dijo que lo iba a poner en su tumba, que era un buen panegírico. Quizás para él era una frase apropiada, pero creo que a mi me calzaría más justo "A buscar mejor".
No está mal no ser confromista, especialmente si uno vale la pena, y tiendo a pensar que tanto yo como la gente que me rodea valemos la pena, así que a laburar, muchachos, que Roma no se hizo en un día.
Mi mamá siempre me cita una frase de no me acuerdo qué película, y de hecho no se si no la cité ya, pero me parece muy buena, y muy apropiada:

"Ten cuidado al buscar, porque para tí, niña, encontrar es muy fácil"

Y en cuanto al redactor de la Nah!, no sé, parecías un buen pibe, ojalá no seas un boludo, la próxima jugala mejor. Yo sé que la próxima la juego mejor.

lunes, 26 de julio de 2010

La llamada

"El universo no será justo, pero seguro tiene sentido del humor"
Esa y otra frase son lo único que rescaté de Sex & the City, y eso que me fumé las 6 temporadas. Terrible como suena, esa oración no deja de regir mi vida por más que lo intente. Un buen ejemplo de ello sería mi sábado por la noche. Paso a elaborar:
Habiendo salido miércoles, jueves, y viernes a romperme la cabeza con quienes serán referidos como "los franceses", el sábado me encontraba liquidada, y sin ninguna expectativa de salida, incluso llegué a considerar la idea de irme a dormir temprano. Resultando la última tarea imposible, comencé a evaluar la variable de un encuentro breve, un "booty call", si se quiere. No es que haya abandonado mi no dating policy, pero ésta conlleva ciertos problemas, entre ellos que estoy que ardo. Así que sin ser una cita, concluí que una monedita para el desahogo no es romper las reglas.
Esperé un par de horas webeando en la huev (¡ba-dum-pshh!), a ver si el caballero en cuestión se conectaba. Hiciéronse las doce y pico, y finalmente decidí quitarme el maquillaje, ponerme el joggin', clavarme las cremas para la cara y adjuntarme la caja de Honey Nuto's, todo lo cual me tomó aproximadamente 45 minutos. A mi regreso encontré que el muchacho se había conectado, e incluso me había hablado, sin embargo toda encremada y con una caja de copos a medias en la mano, el panorama no pintaba bien. Lógicamente blasfemé, cerré el msn, me metí en la cama y tomé los asuntos en mis propias manos. Si uno quiere algo bien hecho, tiene que hacerlo uno.
4:07 am
Pirú-pi-piru-birú-bip-piru... (así suena mi cel)
Número privado, pienso que es uno de los franceses.
Yo: ¿Holagj?
X: ¿Hola, Nati?

Ahí me doy cuenta que no es el francés.

Yo: Sí... ¿Quién habla?
X: Un amigo al que te encantaría conocer.

No sonaba como un turbio, de hecho, por como hablaba, sonaba como un cheto de la UBA, alguien que fue a ORT, o a un colegio inglés y se cree muy pillo, además, sabía mi nombre. Decido seguir charlando.

Yo: Ah... ¿Cómo es tu nombre, amigo?
X: Brian ¿Dónde estás? ¡Uh, me acaba de pasar un auto a mil!
Yo: En mi casa durmiendo.
X: (Comentarios de fondo) Uhh... ¿Sola estás durmiendo?
Yo: Sí... Sola. (Ahí la situación no pudo más que resultarme kármicamente divertida. Divertida y terrible)
X: ¿Y por qué sola, Nati?
Yo: Porque falló mi booty call.

Ahí, medio dormida, pienso que se trata de mi amigo Juano.

Yo: Ahhh, ya sé quién sos...
X: Soy Brian, ya te dije.

No, no era Juano. Supongo que tampoco era Brian, pero qué más da, seguí charlando.

X: Decime, Nati, te hago una pregunta. ¿Vos sos creyente?
Yo: Depende.
X: ¿Depende?
Yo: Claro, creo que me estás molestando.
X: Bueno, pero supongamos que sos creyente, creés en Dios, todo. Dios es bueno, es bueno, pero vos te mandaste bastantes cagadas en tu vida, así que como Dios es bueno no te va a mandar al infierno, pero te va a castigar, y tu castigo es que solo podés tener sexo en una posición el resto de tu vida, ¿cuál sería?
Yo: ¿Brian?
X: Sí.
Yo: Andá a tu casa... Hacete la paja... Y dejame tranquila.
X: Mmm... Bueno, la primera sí, la segunda puede ser, y la tercera (no sé que me dijo)... Te llamaré en un horario más apropiado.
Yo: Ajá. No puedo esperar.

Corto. Claramente la conversación no ha sido transcripta al pie de la letra, pero eran las 4 de la matina y eso es todo lo que recuerdo.

De más está decir que no había forma de que me volviese a dormir después de eso. Me quedé despierta hasta las 8 de la mañana escuchando Tom Waits y regodeándome en mi propia melancolía, en fin, todo muy sano. Conectose mi amigo Juano, quien me confirmó que a las 4 de la mañana estaba durmiendo y que no sabía quién podía haber sido este tal Brian. Totalmente trasnochada y confundida me tomé un vaso de cindor y haciendo un esfuerzo sobrehumano logré dormirme. Soñé cosas terribles.

Moraleja de la historia: no intentes combatirlo, el sábado a la noche es para salir y no hay tu tía. Brian, entregate, tu nombre es horrible.

sábado, 26 de junio de 2010

¿Me estaré muriendo?

Ayer, o anteayer, ya no me acuerdo, fue hace tanto tiempo, me apareció un dolorcito en el pecho, del lado izquierdo, como andentro de la no-teta. Rarísimo. Me duele solo cuando respiro profundo, cuando suspiro o me río. Lo más lógico sería pensar que es una contractura desencadenada por la insana cantidad de cosas que cargo para la facultad, siempre sobre el hombro izquierdo. Sin embargo no me caracterizo por ser una persona lógica, y pienso que más que una contractura es algo así como un calambrecito en el alma, y que no lo sea no quiere decir que no pueda serlo.
La verdad es que en términos de salud espiritual éste ha sido un año bastante jodido, mucha prueba y error. Sobre todo error. Fue por esto que decidí cambiar de modus operandi. Yo siempre dije que está bien hacer cualquiera siempre y cuando esté feliz, me divierta y la pase bien. Sucede que hace un rato me vengo dando cuenta que no la estoy pasando tan bien, así que me detuve un segundo a pensar y acabé tomando la decisión de desacelerar mi vida personal, y concentrarme en otros aspectos de la existencia, tales como la facultad, o mi gata.
El problema es el siguiente: es invierno, y eso conlleva muchas cosas. Originalmente este update se iba a llamar "Volvé, volvé que es invierno" ¿por qué? La gente reevalúa su soledad en invierno, y muchas de las personas que en el pasado han tenido mejores cosas que hacer que gastar su tiempo en vos, o simplemente no les interesabas lo suficiente, comienzan a reconsiderar, a anhelar tener alguien con quién hacer cucharita cuando hace frío. Te empiezan a llegar mensajes de facebook en la linea de "Eyyy, cómo andás? Tanto tiempo. Tomemos unas birras algún día", gente que no te hablaba desde hace meses comienza a incitar pequeñas conversaciones casuales, los borrachos te llaman a las 3 de la mañana para ver "en qué andás". Y mi ex tiene novia. En invierno hace frío, hay que abrigarse mucho para salir, no se puede andar en culo, oscurece temprano y amanece tarde, en síntesis: es un quilombo conseguir pareja en invierno, así que todos empiezan a fijarse qué tienen en el freezer.
En fin, habiendo contextualizado el update puedo decir que mi nuevo plan de vida colide brutalmente con los intentos de reencuentro de los terceros, después de todo, no está bueno hibernar solo, y es fácil sucumbir a la tentación de reincidir. No lo hago, o no hasta ahora, y si bien esto mantiene encaminado mi plan, pone en evidencia que estoy sola como un hongo. Idea Vilariño dijo "uno siempre está solo, pero a veces está más solo". ¡Y qué solo se está en invierno!
No pido tanto, no necesito un príncipe azul, con un tipo gracioso que tenga las bolas bien puestas y que coja más o menos bien me alcanza, ni siquiera exijo que sea muy guapo o "cool", siempre me gustaron los panchos, pero eso, esas tres características que parecen tan simples son casi imposibles de encontrar juntas. Los pocos que conozco no están disponibles o están locos de remate, se ve que un par de bolas bien puestas ES difícil de llevar.
Creo que para este invierno voy a adoptar la posición más sana que puedo en estas circunstancias: horizontal. Me voy a armar de mi pijama, clásicos de Disney y gore, un buen pote de Häagen-Dazs, mi gata, y voy a estar totalmente lista para afrontar el frío. Eso sí, intentaré no suspirar, ni reírme.
No se confundan, no soy pesimista, soy sumamente optimista, siempre espero lo mejor, no es mi culpa que la vida me tire abajo. Como dicen: "Un pesimista es un optimista con experiencia". Uy, por escribir estas boludeces me perdí a quié se comió el T-rex en Jurassic Park, me voy, o me voy a perder el ataque de los velociraptors.
Saludos a tu mamá.

martes, 8 de junio de 2010

¡Mamá, mamá, mirá, sin piernas!

La humanidad no deja de sorprenderme, entro a la página principal de MSN y me encuentro con esto:


La verdad, no sé por dónde empezar, me dejó sin palabras. Pero bueno, como siempre, haré el intento:

1) Increíble que te pongan en la página principal de msn como un toro se "coge" a un nene de 12 años. Uno anda tranquilo por la vida, entra a internet a revisar sus mails, su jetalibro, y lo primero que ve al abrir una ventana es un titular que dice "Torero de 12 años sufre una cogida". DALE.

2) La cogida en sí. Eso es lo que yo llamo Karma Instantáneo. Bah, en realidad, para eso el toro tendría que haberse cogido también a la vieja, al camarógrafo, al que organizó la corrida, a los legisladores mexicanos, pero por sobre todo, al hijo de puta que administra la página principal de MSN.

3) El pendejo todo encamillado diciendo "yo me voy muy contento". Me imagino, con esa madre lo mejor que te puede pasar es que te coja un toro.

4) La madre, por dios, LA MADRE.

5) "Yo me voy con un buen sabor en la boca". Un buen sabor a tierra.

6) Los comentarios objetivos sobre las corridas de toros con menores de 16 años. Obvio, yo antes 16 ya sabía si quería o no exponerme a ser arrollada por un toro furioso, no les prohíban a los menores el derecho a ser recagados a cuernazos.

En fin: quiero agradecerles a mis viejos por ser normales (dentro de todo), y no haber dejado que me coja una manda de toros de pequeña.
¡Gracias totales! Jojojo

lunes, 24 de mayo de 2010

La cita del infierno


¡Me llamó! ¿Se acuerdan que en el update pasado estaba a las puteadas porque un muchacho de interés no me había contestado un mensaje? Bueno, ayer mientras paseaba por Puro Diseño a eso de las 6 de la tarde me llamó. Fue encantador, me pidió perdón por no haber contestado mi mensaje, y me invitó a salir esa noche. Me dijo que estaba muy cansado, en plan té y película, pero que si quería podíamos ir a una fiesta en Voodoo. Chocha de la vida acepté.
Más tarde lo llamé para arreglar la hora y el lugar de encuentro. Le dije que todavía no lo conocía lo suficiente como para estar segura de que no fuese un asesino serial, que mejor fuésemos a un bar, a lo que me contestó que estaba muy cansado, que no tuviese miedo, que no me invitaba a su casa para seducirme ni nada, todo súper friendly. Me hizo gracia su explicación así que le di el ok.
A eso de las 12:45 estaba por allá con varios tés diferentes en la cartera. Empezamos a ver una peli, From Dusk 'Till Dawn, de Robert Rodriguez, gran selección, punto para él. La veíamos en la compu, así que estabamos acurrucados, muy tierno, de tanto en tanto me hacía algún mimo en el brazo, en fin, lindo. Pero las cosas buenas no duran, y a la media hora Megavideo nos dijo que no podíamos seguir viendo la película. Yo no tenía muchas ganas de ir a Voodoo, pero tampoco me iba a quedar ahí sin nada que hacer, así que enfilamos.
Llegamos al lugar, yo no sé nada de fiestas electrónicas, y no podía discernir si esta era o no buena. Dimos una vuelta, donde él saludó a un montón de gente, y después me dijo "Bancame que voy a buscar un trago". A los 10 minutos volvió sin trago y me dijo "Bancá que voy a buscar a un amigo". A los 10 minutos volvió sin amigo y me dijo "Bancá que quizás pinta ir a Cocoliche, vení". Nos movimos a una mesita, donde nos sentamos sin hablar una palabra. Fue a buscar una cerveza y continuamos nuestra no-conversación. Entonces apareció el amigo; "Bancá", me dijo, y se fue con el amigo. Como a los 15 minutos no había vuelto me puse a dar una vuelta, con una cara de orto que le daría miedo a Sauron. Afortunadamente me crucé con un conocido simpático y me quedé charlando con él, contándole sobre mi cita fallida. En eso aparece el chabón y me dice "cualquier cosa estoy en la pista, ahí en el medio". Lo miro a mi conocido con incredulidad y decido ir a despedirme. Voy a la pista, espero que el chabón deje de charlar con una minita, y le digo "mira, esto parece un chiste, me voy a mi casa". "Bueno", me responde. BUENO. ¿¡BUENO!? ¿¡¿¡VOS ME ESTÁS JODIENDO!?!? No "No, pará, no te vayas, soy un boludo", "BUENO". Debería haberlo cagado a patadas. Sin embargo no lo hice, respiré profundo, me di media vuelta, resistí toda tentación de volver y putearlo de pies a cabeza y me dirigí hacia la entrada.
Llegando a la puerta me encontré otra vez con mi conocido. Charlamos un rato y me acompañó hacia la puerta, no sin antes pasar por en frente del Conchudo sin saludarlo ni dirigirle la mirada.
Volví a mi casa sola y no triste, pero confundida. Fue una de esas situaciones que tienden a ponerte mal pero que no deberían porque claramente el problema lo tiene el otro, que es un psicótico. SOS UN PSICÓTICO. Por suerte el viaje en taxi me dio tiempo para reflexionar y calmarme, así que hice lo que cualquier persona sana hace: Me atiborré de chocolates, me puse un joggin viejo y manchado, me hice la paja y me fui a dormir. Espero que la noche de hoy me depare cosas mejores.
Y encima se quedó con mis tés.
PSICÓTICO.

Edición:
Acaba de aparecer en Facebook una foto de esa noche. Me alegra que exista documentación de esto. Creo que mi cara lo dice todo, la tomaron mientras estaba huyendo.

martes, 11 de mayo de 2010

El complot

Primero lo primero: Me halaga que me pidan que escriba cosas nuevas. Dicho eso ,no me rompan más las pelotas.
Ahora, la orden del día:
No puedo esperar a que sean las 12 y este día haya acabado oficialmente. Hoy fue uno de ESOS días. No, no "esos" días, ESOS días, en los que inevitablemente terminás deseando que cosas muy malas le pasen a la gente que te rodea, rezando que Godzilla se eleve del pantano de Ciudad Universitaria y engulla el pabellón tres de un bocado. Está bien, lo admito, la verdad de la milanesa es que mi comportamiento de hoy no fue ejemplar pero, aunque sea un argumento falaz, el del resto del mundo fue mucho peor.
Empecemos por el principio: puse el despertador a las 11 de la mañana, comportamiento poco ejemplar N° 1, puesto que cualquier persona responsable que tiene que rendir un recuperatorio de sociología la semana que viene lo hubiese puesto a las 8, 9, y hubiese dedicado un par de horas al estudio, pero minga, estaba cansada y quería dormir. A las 10 de la mañana me despertó un estruendo que hizo vibrar los vidrios. Parece que en el Tarbut (el colegio vecino) estaban celebrando algún tipo de evento y obvio, no podían hacer menos que poner la música totalmente al mango a las 10 de la mañana. Por más bronca que me dio, me levanté con buena predisposición, hoy iba a ser un buen dí: había laburado en unas cosas que necesitaba para la facu y existía la posibilidad de un encuentro con un personaje de interés. Elegí mi atuendo cuidadosamente y me dispuse a maquillarme. Lo que voy a comentar a continuación puede resultar un poco asqueroso y sumamente antierótico, pero citando a Leonard Cohen en El Juego Favorito: "Exhibir una herida, las orgullosas cicatrices de un combate, es fácil. Mostrar un grano es difícil." y eso es precisamente de lo que tengo que hablar: un grano. Me dirigí al baño con toda la buena voluntad de empilcharme y asicalarme para estar medianamente presentable en vista del posible encuentro, solo para encontrar que aquello que ayer a la noche parecía un inocente grano era en realidad un gemelo parásito malvado creciéndome en la frente. No hubo corrector, base, o pintarlo con un Sharpie para que pareciese un lunar que funcionara, Héctor (así lo llamé) había llegado para quedarse. Finalmente opté por un peinado que lo aislaba relativamente de la vista y partí, medianamente conforme hacia la facultad.
Llegué a tiempo para dar el presente, pero no para almorzar, y me senté en la mesa con mis compañeras de mesa. Cada grupo está compuesto por tres personas, en mi mesa se sientan dos grupos, es decir, un total de seis personas. Yo la clase anterior había quedado con una chica de mi grupo y una de otro grupo en juntarnos en el fin de semana para avanzar con el laburo. No tuve noticias de ellas y la entrega era recién el 28 así que supuse que habían colgado, que no nos juntábamos, y ya, me puse al día con las cosas que me faltaban, puesto que debido a la lluvia infernal de parciales y trabajos que tuve la semana pasada me había quedado bastante deomorado este trabajo. Está bien, actitud poco ejemplar N°2: yo podría haber mandado un mensaje preguntando si nos juntábamos, pero ellas también tenían mi número de celular, mi msn y mi facebook, no estábamos incomunicadas. Cuando llegué, con todo listo para poder empezar a hacer lo que hubiésemos hecho de habernos juntado, consulté cuál era el modus operandi que íbamos a seguir, lo que no sabía era que me esperaba un sabotaje cual película yanqui-adolescente de la prepa. "¿Nos dividimos así, asá...?", pregunté. La chica de mi grupo y la chica del otro grupo con las que me iba a juntar intercambian miradas cómplices y me dicen "Nosotras ya nos juntamos y lo hicimos". "Eh... Ok, no me avisaron" "Pero... Gorda... ("Gorda", "gorduch" y similares son términos bastante recurrentes en esta conversación) Nosotras dijimos que nos íbamos a juntar". Realmente no podía creer lo que escuchaba, ¿acaso me había despertado en la primaria de nuevo? Justo esa noche había tenido una de esas pesadillas horribles en las que estás desnudo en un lugar público, y realmente sentía que lo que me estaba pasando era no menos que la secuela. Intentando no arrancarle la cabeza a nadie de un mordisco, pero sin intenciones de echarme atrás les dije "Bueno, me podrían haber avisado". "Pero nada, yo no esperé a que ella me llame -me dice la de mi grupo- yo le mande un mensaje y le dije Gorda, juntémosnos". Ahí ya no pude con mi genio y le dije "Ok, sí, yo colgué, pero juntarse, teniendo mi número, aunque yo no les haya mandado un mensaje, y no avisarme, es de mala leche". "No gorda, cualquiera, osea, si yo tuviese mala onda no te ofrecería ayudarte con el laburo, tipo..." "ES DE MALA LECHE" "No, pero mimimimimi..." Ahí decidí bloquear mi entendimiento a lo que estaba pasando porque realmente la situación no me favorecía. Bajé la cabeza en temporal tregua y me dispuse a terminar con parte del laburo que faltaba. A las 4 de la tarde me sentía realmente mal, puesto que no había almorzado, y les dije "Voy a comprar una tarta y vuelvo". La respuesta que recibí fue "Ok, gorda, andá, pero cuando después estaría bueno que nos ayudes con esto porque... es difícil". Ahí lo sentí de nuevo, no sé si Héctor, el engendro del mal me estaba poseyendo o si simplemente fue mi herencia judía y cabezadura lo que me empujó a abrir la bocota, pero no me pude contener, "Bue, me quedo, si me desmayo, mala leche, pero a mi con pasivo-agresivo no me venís". Miradas asesinas. "Cualquiera gorda, posta que la mejor, si yo quiero ser agresiva te digo que ni en pedo te paso el trabajo que..." "No dije agresivo, dije pasivo agresivo, que es tirar mierda disfrazada de buena onda, exactamente lo que vos estás haciendo, me quedo". "No, pero posta, andá..." "No, no, no, me quedo, como más tarde". Obvio, si ella puede jugar su carta passive-agressive de colegio inglés, yo puedo jugar mi carta de culpa judía. No sé si tuvo algo que ver con mi bad-juju de culpa judía, pero al rato el consenso general fue que nos tomáramos un descanso. Comí mi tarta, seguí laburando y terminé la clase más atrasada de lo que había llegado.
Hasta ahora, fantástico. A todo esto, olvidé mencionar que cuando salí a comprar mi tarta le mandé un mensajito a la persona de interés, el cual nunca fue contestado, por lo que mi ira crecía, y Héctor pulsaba. Hice tiempo entre las 6 y las 7, hora en la que me correspondía entrar a sociología. Recorrí todos los putos kioscos de la FADU y no conseguí el chocolate Milka que quería, que no es terrible, pero esas cosas siempre suman a los efectos de un mal día.
Antes de entrar a Sociología me pareció prudente comprarme un café, puesto que hay que ser muy osado para fumarse una clase de 7 a 11 sin estar armado de un escuadrón de brebajes cafeínicos (¿Cafeínicos o cafeinosos?). A mi me gusta el café de máquina de la FADU, porque no es Nescafé (¡Puaj!), es Bonafide (menos puaj). Además, algunas de estas máquinas aceptan billetes de dos pesos así no te comés toda la cola del buffet. Mi único billete de dos pesos estaba más rancio que la cuarta temporada de lost, pero no tenía otro, no pensaba ir a buscar cambio, y no le iba a manguear a mi amiga, así que, actitud poco ejemplar N°3, decidi intentarlo. Una vez, me lo devolvió. Dos veces, me lo devolvió. Tres veces...
La máquina me fi-le-teó el billete. De no haber sido por la buena voluntad de mi amiga que me restó dos pé p'al café, creo que me hubiese puesto a llorar.
De más está decir que de ningún modo estaba en condiciones ya de sacudirme el bodoque de la clase siguiente, más teniendo en cuenta el enema sociológico que me comí la semana pasada. Por razones de fuerza mayor creo que me voy a ver obligada a abandonar esa materia. Sí, tengo recuperatorio la semana que viene, pero lo jeños de mis profesores de medios tuvieron la fantástica idea de adelantarnos la entrega del laburo una semana, así que para el 18 tengo que morfarme el choclazo de sociología y para el 21 tengo que mandarme SOLA el laburo de medios, puesto que mis compañeras ya se tomaron la molestia de terminar el suyo, y no veo cómo un humano pueda posiblemente cumplir con esas dos tareas.
Por si fuera poco (esto no es algo que me haya pasado hoy, pero es una de esas ironías de la vida que vale la pena contar) me compré una planta carnívora, y mi gata se la comió. R.I.P. Uma Thurman. Por si fuera poco, también estableció su fuerte arriba de la heladera, donde es bastante difícil alcanzarla, y vigila todo desde ahí. Temo que se alíe con Héctor para conquistar el mundo. Otro día les cuento qué paso, y si no vuelvo para contarles... Saquen sus propias conclusiones.


Agregado 1:05 am:
Acabo de abrir una ciruela y tenía un GUSANO VIVO adentro, ¿debería tomarlo como una señal y pegarme un tiro?
No sé si lo ven, está en el centro a la izquierda. Y lo de arriba a lso costados es todo comido podrido. Yum...

viernes, 5 de marzo de 2010

Amar, temer, partir

Hola, ¿qué tal?, qué loco encontrarlos por acá.
Hoy vamos a analizar uno de los pilares de la educación primaria, la conjugación verbal, pero primero, a modo de breve introducción quiero explicar qué fue lo que me movió a escribir un update tan didáctico.
Resulta que hace un tiempo mi madre fue a ver una obra de teatro en la que planteaban algo que me hizo bastante ruido, y lo que es peor, bastante sentido. El concepto era básicamente el siguiente:

¿Cómo esperan que no salgamos así, cuando los primeros verbos que nos enseñan a conjugar son AMAR, TEMER, PARTIR, y en ese orden?

Creo que está más que claro de qué estoy hablando. En la actualidad, son pocas las relaciones que escapan a esta sucesión de acciones. Echemos un vistazo más profundo a las definiciones que nos provee el diccionario:

Amar:
1. tr. Tener amor, querer:
Ama muchísimo a sus hijos. También prnl.:
Se aman desde que eran niños.(**)
2. Hacer el amor:
Su profesor fue el primero hombre al que amó. (*) También prnl.:
Se amaron en la playa.
(*) Nótese la TURBIEDAD de la cita del diccionario.
(**) Nótese cuánto más turbio es si a los ejemplos de la primera acepción se les aplica el significado de la segunda.

Temer:
1. tr. Tener miedo o temor a una persona o cosa:
Los pastores temen un ataque de los lobos.
2. Sospechar un daño u otra cosa negativa:
Temo que se hayan perdido.

Partir:
1. tr. Dividir algo en dos o más partes:
Partir una tarta en porciones
2. Hender, rajar (***), romper:
Partir un filete. También prnl.:
Partirse una madera
3. Irse, ponerse en camino:
Partimos mañana.
(***) No olvidar el significado en lunfardo del término "rajar".

Entonces, resumiendo, podemos decir que amar es querer/garchar, temer es tener cagazo, y partir es romper/rajar. Mierda, qué panorama nos deja eso, podemos suponer entonces que:

Amar, temer, partir:
Te amo/cojo pero temo entonces parto. o
Te amo, pero temo que partas.
o
Te amo/cojo (las dos valen), pero temo que ME partas.

Eso es lo primero que aprendemos a conjugar, qué alentador. Y después uno se pregunta por qué la mayoría de la gente es tan fóbica. Cuántas veces me lo habrán hecho, y peor aun, cuántas veces lo habré hecho yo. Desde la infancia estamos programados para que cuando nos gusta alguien nos entre cagazo y queramos huir. Qué desastre. Todo el mundo anda siempre con un pie en la tierra, por si las dudas. Cuando uno está saliendo con alguien y se entera que ese alguien estuvo con otra persona, muchas veces resulta un alivio, le quita presión al asunto. O aun si no es así, mejor estar uno con alguien más, para evitar que las cosas se pongan demasiado serias.
Por otro lado, podría alterarse el orden de los verbos, desembocando en algunas otras máximas, a veces también ciertas. Veamos:

Te amo pero parto porque te temo.
Te parto porque amo temerte.
Parto porque amo temerte.
Parto porque temo amarte.
Temo partir amandote.
Temo amar partirte.
Temo amar partir.
Ad nauseam...

Sin embargo, aunque no me sea fácil decirlo, tengo fe. Yo sé que ustedes no quieren oír esto, que prefieren pensar que soy una misántropa incurable, pero dentro mío, muy en el fondo, justo antes de llegar al vórtice que es mi alma, hay una chica a la que le gusta ver Cuando Harry conoció a Sally una y otra vez, escuchar temas autocompasivos de Morrisey, y, por sobre todo, hacer cucharita. Es en honor a este ser despreciable que debo cortar la línea que viene siguiendo este update y hacer lugar para la cuarta acepción del verbo partir:

4. Proceder, nacer, tener una cosa su origen o su causa en algo:
La idea partió de los obreros.

Así que no desesperéis, es raro pero es posible:

Amar, temer, comenzar

Pero no se hagan ilusiones.




Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.