No, you can't take it

En mi opinión, existen dos tipos de mujeres: las que tienen luz propia y las que no. Las que tienen luz propia brillan por sí solas, unas más, otras menos, pero son esas minas que irradian una luminosidad particular. Las que no, reflejan al luz ajena, usan de muleta al otro tipo de mujeres. Algo así como la tierra y la luna, mujeres especiales orbitadas por mujeres mediocres.
Así tambien, existen dos tipos de hombres: los que pueden con las mujeres que brillan con luz propia, y los que no, y este update va dedicado principalmente a ellos.
Estoy segura que toda mina luminosa ha dicho alguna vez "Entiendo que no quiera estar conmigo, PERO QUE ESTÉ CON ESA!!!". Es así. Hay ciertos hombres que no pueden lidiar con minas radiantes, minas que tienen una forma especial de mover el aire, que cuando entran a un cuarto se nota, y es porque estos hombres, sean facheros, grandes o chicos, experimentados o no, son maricas. Sí, señoras, sí, señores, sí profesores de antropología: MA-RI-CAS. Grandes, enormes maricotas, hombres inseguros que necesitan tener al lado una mina que los admire, que sienta que no los merece, o que simplemente sea menos que él. Así es como esos hombres que nos vuelven locas (porque todas sabemos que nos enloquece que no nos den pelota) se enganchan con los siguientes estereotipos:
A) La princesita (término provisto por Jazmín Alfíe): No voy a robarle el término, así que me limito a explicar que la princesita es la mina que está inconcientemente al tanto de que no es luminosa, por lo que hace todo lo posible para acercarse a la perfección. Su pelo está siempre impecable, tiene una piel divina, casi no usa maquillaje, saca buenas notas y su cuerpo no es ni exhuberante ni raquítico. Un perfecto ejemplo de esto sería, para quienes entienden de series pedorras: Blair Waldorf
B) La mosquita muerta: La mina que ni fu ni fa. Nunca dice nada porque es mejor estar callada y parecer estúpida que abrir la boca y comprobarlo. Jamás te va a decir lo que piensa sin que se lo preguntes, y no va a romper nunca las reglas del juego, va a jugar siempre tal y cual lo explica el manual de instrucciones, y si algo no sale como planeado, no va a entender qué está pasando.
C) La fea: No estoy hablando de feas que saben que son feas pero le ponen onda, o son buenas minas y ya, esas minas pueden llegar a pertenecer al grupo de las mujeres luminosas. La fea es la mina aun siendo bastante fea, no llega a ser un ogro, por lo que con vestirse con buena ropa, y juntarse con un crowd interesante, puede llegar a pasar por algún otro tipo de mina. La fea siempre va a estar con un tipo fachero, copado, y totalmente inseguro de sí mismo. Son sumamente peligrosas y una vez que le echan las garras a su presa no van a soltarlo, al menos ahsta que encuentren otro mejor. Y así escalan en la pirámide de la popularidad social. Este, creo yo, es el tipo más peligroso de mina opaca.
Ahora, a nuestros hombres. Los hombres que no pueden con las mujeres luminosas necesitan tener a su lado a uno de estos tres tipos de mujeres porque los admiran, los aman por darles pelota, nunca van a cagarlos o dejarlos, y nunca representan un par, siempre lo dejan brillar más a él, y eso es lo que los llama.
Una mina luminosa (ejemplo de serie pedorra: Serena Van Der Woodsen) tiene un andar que aunque es elegante raja la tierra, y todo el mundo lo nota. En los hombres que pueden, esto genera un deseo real, en los que no, genera otro tipo de deseo, impulsado por la impotencia, el deseo de estar con ella para demostrarse a sí mismos que pueden conseguirse una mina así, pero obviamente, cuando la tienen no saben que mierda hacer con ella, y ahí es donde se espantan de no ser capaces de llevar a cabo algo más que una conquista, y acaban perdiendo el interés. Ahí huyen, se enganchan con alguna de las anteriores, y ya pueden volver a sentirse machos alfa.
En las minas opacas, las luminosas generan envidia, más que todo en las feas. Incluso sin ser malas minas, creo que es muy peligroso ser una mina luminosa, porque en las mujeres que no lo son, despierta lo peor, y no siempre es evidente a primera vista, hay que estar alerta.
Entre minas luminosas, la presencia de una del mismo grupo es detectada con una mezcla entre envidia y admiración, primando la segunda. Un anhelo de poder ser así, pero aceptando que uno es lo que es, y que eso está perfecto también. Son sentimientos mucho más concientes y a flor de piel que los de las minas opacas,no es extraño que una mina con luz se le acerque a otra en una fiesta tranquilamente y le diga sin ningún tipo de connotación sexual "boluda, te amo, sos divina". ¿Me explico?
En fin, mujeres luminosas, cuídense de los hombres que no pueden, porque son, obviamente, los que más problemas suelen acarrear. Cuidado con las maldades de las minas que no brillan por sí solas, y también con no pasarse de listas, yo estoy bastante segura de que brillo con luz propia, y esa conciencia me ha traído problemas por pasarme de mambo, hay que saber ser humilde.
Yo sé que este update puede haber salido muy creído y bastante artículo de cosmo, pero no quiero que quede como que pienso que yo soy lo más de lo más, que irradio luz por doquier y que cuando entro en un cuarto todos me miran (como a Gloria Trevi), simplemente soy lo que soy, sé lo que soy, estoy muy en paz con ello, y creo que con el tiempo, por suerte, he aprendido a llevarlo bien. Hay que vestir la piel con orgullo y confianza, la clave está ahí, el resto está en el manual de reglas, pero bueno, no todo el mundo juega limpio, así que guarda.
Cuidate, querete, ojito...
Hasta la vista.